lunes, 17 de febrero de 2020

De quien hablas en tus redes sociales?

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Estamos en una era en que la ciencia y la tecnología han ido en aumento, cada vez esforzándose más en ser los mejores y todas las ramas científicas, pero hay una en particular que se puede convertir en una maldición o bendición, dependiendo del punto de vista bíblico. Hablo del Internet, una tecnología que a través de cables submarinos, satélites y demás artefactos es capaz de unir a ciento de millones de personas en todo el mundo. El internet, bendito internet que podríamos hacer sin el... unos lo conciben como un dios de la era moderna en donde pasamos cientos de horas al dia, a través de los teléfonos, computadoras, tablet, etc. unos por trabajo otros por estudios y otros simplemente para matar el rato o el tan llamado aburrimiento.

Hoy en día casi todo se lleva a cabo por el internet, pagar facturas, enviar tarjetas de cumpleaños, revisar sus roles de pago, comunicar eventos, enviar mensajes, etc. también hablamos con otros a través de videollamadas, chateamos, hacemos comentarios, damos like. El internet es una de las tecnología que ha ido en aumento y su auge es cada vez mayor.
Los cristianos, los creyentes en Jesucristo sabíamos que esto pasaría, que la tecnología aumentaría “....y la ciencia aumentará” Daniel 12:4, lo que no sabíamos es que iba a llegar tan lejos en tan corto tiempo. El internet es un desafío grande y un reto maravilloso que podemos usar para la evangelización de los pueblos, llegar donde no hemos podido llegar en persona, hablar con diferentes personas aunque no entendamos su idioma.
Como lo dije antes el internet puede ser una bendición como una maldición, ya que en ello encontramos mentiras, engaños, asesinatos, amor al dinero, lascivia, idolatría y demás pecados que son revelados a la humanidad dia a día, no importa el sexo, la edad, la cultura o religión. Pero a Dios si le importa y realmente le duele ver como la humanidad va en picada hacia el abismo del pecado y la muerte.

Dios no quiere que nadie se pierda, nuestro Padre Celestial desea que todos procedan al arrepentimiento, el Gran Yo Soy anhela que todos lleguen a los pies de Cristo para salvación y vida eterna. Nuestro Padre pregunta “¿Quién ha creído a nuestro anuncio? …... Isaías 53:1.. El Dios de los cielos nos dice que prediquemos, que hablemos, que divulguemos las buenas nuevas de salvación, no nos dice cómo ni que método usar.... pero con el internet se abre una puerta, la oportunidad de hacer esta tecnología una bendición para los no creyentes y el brazo ejecutor de Dios para el pecado.

Debemos hablar de Cristo, del amor de Dios reflejado en la cruz del calvario, de la salvación y la vida eterna. Y el internet se ha vuelto una pieza importante para la evangelización de la humanidad. Ya que ahí encontramos aplicaciones, paginas web, blogs, toda clase de gráficos con mensajes cristianos de diferentes índole, etc.. Ya muchos cristianos evangélicos están haciendo uso de esta herramienta para el cumplimiento de la gran comisión en mayor y en menor grado.

Para que la evangelización en el internet tenga eficiencia debemos centrarnos en aquel que es la cabeza que es Cristo Jesús Señor nuestro.

Por eso el primer punto debe ser ¿De quién tratan tus redes sociales?
Muchas veces los cristianos somos muy reactivos y poco proactivos. Lamentablemente, tenemos una marcada tendencia a hacer las cosas sin meditar en por qué lo hacemos. Y últimamente lo he visto en la forma que usamos las redes sociales. Al punto: Creo que nuestras redes sociales están demasiado llenas de nosotros mismos. Déjame dejar claro que esta no es una diatriba en contra de Facebook o Twitter. Creo que estas son herramientas muy útiles y valiosas, y Dios las ha estado utilizando de una manera sorprendente para la propagación de su evangelio.

A la vez, quisiera reflexionar en lo que nos dice el Espíritu Santo en Gálatas 2:20“Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. En el contexto, el apóstol Pablo está haciendo una comparación entre la salvación por las obras de la ley y la herencia judía, y la verdadera salvación que viene solo por la fe en la persona de Jesús. Si lees Gálatas dos, Pablo está diciendo “A mí no me importa haber nacido como Judío, ni que haya otros apóstoles antes de mí, ni que yo haya buscado cumplir la ley, ni que tenga el favor de los principales de la iglesia: a mí lo que me importa es ser hallado en Cristo. Mi vida no es mía”. Llegar a este nivel de entrega, donde genuinamente ya no confiamos en nosotros ni estamos buscando ser nosotros los primeros, es solo posible por la gracia de Dios, obrando en nosotros un esfuerzo de matar el yo cada día.

¿Qué tiene que ver con las redes? Bueno, abre tu red social preferida, y mira a ver si puedes decir “en mi Facebook, ya no soy yo el que vive”. ¿De quién se tratan tus posts? ¿Quién es el protagonista principal de todas tus fotos? Y mira que entiendo perfectamente que muchos usamos Facebook como nuestra forma de comunicarnos con amigos y familiares. No te sientas juzgado: estamos en esto juntos. Entonces, ¿quién sale a relucir en tus comentarios? ¿En tus interacciones con los demás? ¿Queda claro que ya no vives tú?

¿Qué tal vamos en Twitter? Confieso que esta es mi red social favorita. ¿De quién tuiteamos? ¿Te imaginas que está fuera realmente la cuenta del apóstol Pablo? Resulta gracioso, pero si nos descuidamos, así mismo pueden lucir nuestras redes, saturadas de nosotros mismos, de felicitaciones a lo que nosotros hacemos, de nuestras opiniones y nuestros deseos y nuestras vidas, aun cuando no tenemos una mala intención y genuinamente queremos apuntar al Señor.

Por último, ¿qué tal vamos en nuestro Instagram? ¿Qué tantas fotos son de nosotros mismos, aun haciendo la obra de Dios? El principio detrás de orar en nuestro aposento, en secreto (Mt. 6:6), de no dejar saber nuestras ofrendas (Mt. 6:3), y de que nuestro ayuno no sea evidente (Mt. 6:17) debe hacernos dudar, pienso yo, de promocionar lo que estamos haciendo para Dios. ¿Qué habrá en nuestros corazones cuando andamos subiendo cada foto que nos tomamos? Es una pregunta genuina: no sé qué hay en cada corazón, pero sí te pido que me acompañes a orar para ver cómo podemos dejar evidente que nuestra gloria no está en nosotros sino en el Señor crucificado. Entonces, ¿de quién se tratan tus redes sociales? ¿Cómo están colaborando para que tú luzcas pequeño y Cristo se mire bien grande? ¿Cómo anuncian que tú estás crucificado, que Cristo vive en ti, y que la vida que vives lo haces en la fe en el hijo de Dios? Que este sea un año donde Dios nos encuentre fieles, para su gloria y nuestro verdadero gozo. Porque es necesario que nosotros mengüemos, aun en nuestros perfiles, para que Él crezca”. Por: Jairo Namnún

En segundo lugar ¿Predicas de Cristo y su Evangelio o predicas de ti mismo?
Es triste comprobar cómo algunos de los ministerios y entidades más «afamados» se dedican más a vender su imagen personal que a presentar a Cristo. Tu web debe existir para compartir el mensaje del Evangelio y, especialmente, mostrar cómo y por qué el evangelio es esencial en la vida de las personas.

Explica también por qué crees que el Evangelio es importante.
Muestra en qué forma el Evangelio puede cambiar las vidas y cómo encontramos en el Evangelio el camino de salvación. Piensa que cuando alguien sin Cristo visita tu web no suele hacerlo buscando la mejor iglesia o al mejor ministro. Cuando alguien sin Cristo visita tu web suele estar buscando una respuesta a una necesidad. Por ello, comprueba que tus contenidos, aunque también pueden hablar de ti, dirigen la atención de tu visitante hacia Cristo y sus palabras. Porque todo lo demás no deja de ser autobombo y auto promoción. Y no es buena cosa predicar «por contienda»”. Por David Gomez

Y en tercer lugar Demuestra el amor de Dios en tu vida
Habla, piensa, actúa, reacciona, ríe, expresa el amor de Dios en toda sus facetas, en toda tu forma de ser. Así como Jesucristo lo hizo con los ciegos, cojos, oprimidos de corazón, enfermos del cuerpo y del espíritu, Él siempre demostró el amor genuino de Dios. Cuando se enojo en el templo lo hizo por celo a la casa de Dios no lo hizo para demostrar ante los demás su propia imagen lo hizo pensando en la Honra de Dios.

Hermanos y amigos Cuando el Señor Jesucristo murió en la cruz del calvario, nos compró a precio de sangre, murió en nuestro lugar para que lleguemos a los pies de nuestro amado Dios con un corazón sincero, honesto, puro, santo, agradable “ Porque en otro tiempo erais tinieblas, más ahora sois hijos de luz en el Señor, andad como hijos de luz. Efesios 5:8

Como hijos de Dios debemos mostrar amor y no odio, gozo y no enojo, paz y no pelea, paciencia y no imprudencia, mansedumbre y no violencia, justicia y verdad y no mentiras y falsedad, bondad y respeto a los demás. Siempre actuando conforme a los preceptos bíblicos y todos estos se encuentran resumido en “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” y “Amarás a Dios con todo tu ser” porque “Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas” 1 Tes. 5:5 Hijos de Dios y no del Diablo.

Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo” Col. 4:5 y cuanto más cuando veis que aquel día se acerca, el día del Señor, la segunda venida de Cristo... debemos estar preparados.

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