domingo, 16 de febrero de 2020

Cómo Ayudar a un Alcohólico: 10 Consejos Prácticos

En este artículo te explicaré cómo ayudar a un alcohólico a dejar de beber; esposos, esposas, hijos, hermanos, padres, madres, amigos o cualquier persona cercana. Si no reconoce su problema, es drogadicto o agresivo suele ser más complicado, aunque también podrás darle ayuda para superarlo. Si se encuentra en recuperación suele ser más sencillo, aunque también tendrás que tomar las acciones adecuadas. 

Puesto que se trata de una droga consumida por un elevado número de personas, a veces no queda claro cómo podemos diferenciar a un adicto de un bebedor habitual. Sin embargo, hay unos síntomas claros que puedes observar: 
  1. Uso continuado del alcohol a pesar de ser consciente de tener problemas. 
  2. Consumo recurrente de alcohol que produce incapacidad para cumplir con las obligaciones en el trabajo, escuela o casa. 
  3. Problemas legales o interpersonales relacionados con el consumo recurrente del alcohol. 

10 Consejos para ayudar a una persona alcohólica 

Escoge el lugar y momento adecuado para hablarle de su problema 
De nada servirá que le sueltes un sermón cuando llegue ebrio a casa. No estará en condiciones de escucharte y no recordará prácticamente nada al día siguiente. Es mejor que elijas un momento en el que ambos podáis sentaros a hablar con calma, cuando no haya bebido y en un sitio tranquilo.  

Piensa que al confesarle tu preocupación por su problema con la bebida, puede reaccionar de forma agresiva y violenta. Por tanto, es conveniente que no sea un sitio concurrido. Lo ideal sería conversar en un sitio privado, sin muchos familiares presentes. Procura mostrar una actitud empática, en vez de recriminarle las consecuencias de su adicción. Hazle vez que no está sólo, que se trata de una enfermedad y que puedes ofrecerle tu ayuda. 

La situación será complicada si, en este punto, la persona alcohólica no acepta tu ayuda o no reconoce tener una adicción. Lo mejor en estos casos es no seguir insistiendo, sino recurrir a otro miembro de la familia o personal médico que le exponga la gravedad de la situación. 

No te hagas cargo de sus responsabilidades 
Una vez ha reconocido que tiene un problema, la persona alcohólica puede confesar todos los problemas económicos, judiciales o laborales que tiene. Aquí, es importante que le prestes tu apoyo, que le guíes sobre el modo de resolver sus problemas paso a paso, pero nunca hacerte cargo de todos sus asuntos pendientes. 

Llevando las riendas de su vida, solo conseguirás que la persona no sea consciente del deterioro que supone la adicción en numerosos aspectos. Es mucho más recomendable que le ayudes a buscar el modo de pagar sus deudas, a justificar las ausencias en el trabajo, o animarle a reconocer su problema frente a sus seres queridos, pero sin hacerlo todo por él. 

Ayudándole y animándole, conseguirás que poco a poco vaya adquiriendo una sensación de control sobre su vida y sea consciente de la peligrosidad que supone el seguir bebiendo. 

No le culpabilise 
Puede resultar difícil ver el alcoholismo como una enfermedad, puesto que la persona alcohólica es la que decide beber. Sin embargo, debes saber que el alcohol es una sustancia que está socialmente aceptada. Poco a poco, la persona va aumentando su consumo y deja de tener control. 

Esto suele suceder paulatinamente, hasta que la persona se ve envuelta en una fuerte adicción, a la que no puede hacer frente por sí mismo. Deja a un lado tu enfado, tu ira y tu recriminación sobre la persona adicta. El hecho de hacerle sentir mal le dará la excusa perfecta para continuar bebiendo. 
Es más beneficioso mostrarte empático, cercano y ofrecer tu compañía. De este modo, te involucras en el problema desde una posición de ayuda, no de agravamiento. 

No uses la violencia 
Es común que pierdas el control con una persona adicta que, a veces, puede llegar incluso a comportarse de forma violenta. Incluso los insultos y palabras ofensivas se consideran una forma de violencia, debido al daño psicológico que producen en la persona que las recibe. 

Puedes engañarte pensando que el uso de la violencia está justificado si la otra persona se comporta de esta forma. Sin embargo, que uses la misma actitud no va a ser de ayuda, puesto que sólo acarreará nuevos problemas, como empeorar la situación de una familia que ya está sufriendo las consecuencias derivadas de la adicción. 
Desarrolla tu paciencia, mantén la calma y piensa en el daño que puedes provocar si usas la violencia física o verbal. 

No ignores/ocultes el problema 
Una forma de comportamiento común es la de ocultar el problema por vergüenza o miedo al “qué dirán”. De igual modo, no darle la importancia necesaria terminará empeorando tanto el problema de la adicción como las enfermedades secundarias. 
Esto nunca es recomendable, puesto que al hacer partícipes a los familiares cercanos, se podrá proporcionar un mayor apoyo y ayuda. 

También deberías plantearte exponer el problema a las personas que pueden estar contribuyendo a su mantenimiento, como a camareros de bares, dependientes de supermercados, etc. 

Siempre es aconsejable controlar estos factores, de forma que la persona adicta no pueda tener un acceso inmediato a la bebida en caso de tentativa de recaída. 

Control del dinero 
Este punto está estrechamente relacionado con el anterior, puesto que no servirá de nada que le controles el manejo del dinero si tiene otro modo de conseguirlo. 
Únicamente cuando toda la familia y personas cercanas están involucradas en la adicción, podréis llevar a cabo un control estricto sobre el dinero que maneja la persona alcohólica. 

Es importante que no pueda salir con dinero efectivo ni tarjetas de crédito de casa, de forma que no tenga acceso a la compra de bebidas alcohólicas en ningún momento. 
También es importante recordar la posibilidad de que se produzcan robos o hurtos, puesto que, en muchas ocasiones, el poder de la adicción es más fuerte que la voluntad de la persona alcohólica. 

Anímale a que busque ayuda profesional 
En los últimos años se ha puesto de manifiesto que los grupos de apoyo tienen muy buenos resultados y muchos alcohólicos consiguen superar esta adicción compartiéndolas con personas que se encuentran en su misma situación. 
Por tanto, deberías animarle a que se beneficie de este recurso, ya que se trata de un espacio confidencial en el que se sentirá comprendido e identificado. Si tiene una buena relación en la terapia, acudirá a ella ante las adversidades, de igual modo que antes recurría a la bebida. 
Paralelamente a la asistencia de grupos de apoyo, debería consultar a un médico especialista que analice los peligros físicos de abandonar el consumo de alcohol de forma radical. 
En algunas ocasiones, es aconsejable llevar a cabo un tratamiento farmacológico que complemente al psicológico. 

Realiza actividades de ocio 
Ten en cuenta que cuando una persona desarrolla una adicción, numerosos ámbitos de su vida se encuentran afectados. Una causa común de la adicción a la bebida es el sentimiento de abandono y soledad. 
Si ayudas a mejorar otros aspectos de su vida, contribuirás a que el alcohol vaya perdiendo importancia para él. Una persona que ha dedicado muchas horas de su vida a la bebida se sentirá vacía si no cubre ese tiempo de otra forma. 
Practicar algún deporte –especialmente si se realiza en familia- puede contribuir a aumentar el bienestar de la persona y de sus seres queridos. Además, poco a poco se podrán observar los beneficios que aporta el ejercicio físico en el organismo. 

Otro tipo de actividades de ocio que puedes proponerle son ir al cine, pasar un día en la playa o en la montaña, dar un paseo por un parque, etc. Es importante que le hagas ver a la persona adicta que el mundo no se reduce al consumo de alcohol, sino que existen infinitas formas de disfrutar con las personas de tu alrededor. 

Valora sus logros 
Especialmente cuando se trata de personas que llevan mucho tiempo siendo alcohólicas, será complicado notar avances importantes. También podrás sentir que se producen avances y retrocesos, de forma que no llega a presentar una mejoría significativa. 
Esta situación es muy común, puesto que la persona está empezando a adquirir habilidades que le permitan salir de esta situación, pero se combinan con momentos puntuales de recaídas. 

Ofrece tu apoyo cuando recaiga, puesto que será un momento en el que se sentirá especialmente vulnerable, pudiendo volver a consumir de nuevo. De hecho, es muy común que una persona que ha tenido una recaída piense que no puede luchar contra la adicción y se plantee dejar de intentarlo. Igualmente, será de gran ayuda para la mejoría y la autoestima de la persona adicta que valores su esfuerzo y el tiempo que lleva sin consumir alcohol. 

Evita estímulos que le recuerden al alcohol 
Es muy importante que no bebas delante de la persona afectada y que no tengas bebidas alcohólicas en casa. Además, deberías evitar que asista a los lugares donde suele beber en exceso, puesto que numerosas características del lugar le recordarán la acción y el deseo de beber. 
Si suele beber en un bar concreto, cerca de su residencia, puede ser buena idea que busque una ruta alternativa para volver a casa, evitando en lo posible acercarse a este bar. 

También hay que ser especialmente cauto cuando asista a fiestas y celebraciones, puesto que el alcohol es una droga legal que, además, está aprobada socialmente. 
Puede resultar muy difícil que una persona adicta no pruebe el alcohol en este tipo de eventos, por lo que debería evitar asistir a menos que ya haya superado los primeros meses de abstinencia. 

Por tanto, a pesar de la complejidad del alcoholismo, existen numerosas formas en las que puedes ayudar a una persona con esta adicción, como acabamos de ver. 
Y tú, ¿qué estrategias utilizarías para ayudar a un alcohólico? 

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