domingo, 16 de febrero de 2020

El Libro sin Palabras



¿Alguna vez te has preguntado cómo enseñar el mensaje de Salvación a los niños? ¿Qué usar? Aunque se va mostrando y hablando cuando se van tratando los distintos temas, he descubierto que, en mi experiencia, el Libro Sin Palabras es el método más efectivo para explicar el Plan de Salvación de una manera que los niños entienden fácilmente.  Puede que no sea un método novedoso, pero sigue siendo muy eficaz. 
Además, es económico y fácil de transportar. 

¿En qué consiste el Libro sin Palabras? 
Es un libro con cinco colores: negro, rojo, blanco, amarillo y verde en la portada. Cada color tiene un significado. 
  • El negro se refiere al color del corazón cuando está lejos de Dios, en pecado. 
  • El rojo se refiere a la sangre de Jesús a través de la cual se obtiene el perdón de los pecados. 
  • El blanco es el color de la santidad, de la limpieza tras haber sido perdonado. 
  • El amarillo hace alusión a las calles de oro del cielo. 
  • Y el verde se relaciona con el crecimiento, con seguir a Dios. 

¿Por qué es útil en el evangelismo a los niños? 
El mensaje de Salvación se expone de una manera muy sencilla a través de los colores: el estado del corazón en pecado, la necesidad de aceptar el perdón de Jesús, y la entrada libre al cielo con el corazón limpio por la sangre de Jesús. Cualquier niño es capaz de comprender estas explicaciones con toda claridad. 
Si se desea, se puede introducir conceptos más complejos y/o incluir versículos en cada color en caso de que los niños sean todos mayores o incluso si se quiere dirigir a adultos. Por tanto, es muy fácil de adaptar al tipo de audiencia. Y se tiene la seguridad de que el mensaje va a llegar. 

¿Cómo se usa el Libro Sin Palabras? 
Se puede comenzar desde el principio o por el final. Resumido brevemente, por el principio sería: El corazón negro necesita de la sangre de Jesús para ser limpio y poder entrar al cielo. Por el final sería: al cielo se entra con un corazón que ha sido limpiado por la sangre de Jesús y que ya no está lleno de pecado. 
El color verde menciona la necesidad de leer la Biblia y orar. Este punto se puede profundizar más o menos o ni siquiera tocar según se quiera hacer énfasis o no, en el paso siguiente al arrepentimiento. 

He tenido buenas experiencias con este método. En una ocasión, lo utilicé en mi clase de Escuela Dominical con niños de 3 a 5 años. Como actividad, hicimos un libro sin palabras en miniaturas con hojas de colores que se llevaron a casa. Y uno de los niños, al llegar a casa, explicó a su abuelo el mensaje de salvación usando este librito. ¡Lo había entendido perfectamente! 

Tenemos la responsabilidad de presentar el mensaje del Evangelio de una manera que los niños puedan entender. Luego, el Espíritu Santo lo utilizará como quiera. 
Si has tenido alguna experiencia con este método, te animo a que la compartas en los comentarios. Estoy segura que animará a otros. Gracias. 

Narración del libro Sin Palabras 
Hola, quiero contarte de este libro una historia maravillosa. ¡Es mi historia favorita de todo el mundo! 
Una cosa que la hace tan especial es que la historia es verdadera, directamente de la Palabra de Dios, la Biblia. 

¿Ves algo distinto en este libro? 
En vez de usar palabras para contar la historia, usa colores. Por esa razón se llama "El Libro sin Palabras." 

La Página Oscura 
La página oscura me recuerda la oscuridad del pecado. Los pecados son las cosas malas que las personas hacen. El pecado es cualquier cosa que haces, dices, piensas o aun sientes que no agrada a Dios. Son cosas como mentir, engañar, desobedecer a tus padres, pelear con tus hermanos o no ser bondadoso con alguien.  La Biblia dice que todos han pecado. Dice claramente: "Por cuantos todos pecaron" (Romanos 3:23). Cuando la Biblia dice: "Todos pecaron", nos incluye a ti y a mí, ¿verdad? 

Sí, tú y yo y cada persona en todo el mundo hemos pecado, haciendo cosas malas. La Biblia dice que tú y yo nacimos con un "querer" hacer el mal. Tu madre no tenía que enseñarte a desobedecer, ¿es cierto? Ni tenía que hacerlo la mía. Probablemente eres castigado por hacer cosas malas en la casa, ¿verdad? Esos son los tipos de cosas que Dios llama pecado. Dios tiene un castigo para el pecado. Es estar separado de Él en un lugar de sufrimiento que la Biblia llama el infierno. Pero Dios no quiere eso. 

Recuerda, Él te ama y quiere que estés en el cielo con Él algún día. De hecho, Él quiere ser tu Padre Celestial ahora. Pero si yo termino la historia ahora, parecería que nadie pudiera ir al cielo porque Dios no permitirá el pecado en el cielo y todos han pecado. Pero Dios tiene un plan maravilloso para que tú no tengas que ser castigado por tu pecado. La página roja nos habla de eso. 

La Página Roja 
Jesús es el Hijo perfecto de Dios. Él es Dios el Hijo. Eso quiere decir que Él es Dios y que Él creció hasta llegar a ser hombre y vivió una vida perfecta. El Señor Jesús es la única persona en toda la historia del mundo que vivió su vida entera sin pecar. Puedes pensar que todos amarían a alguien así; pero cuando Él creció y fue hombre, hombres crueles tomaron al Señor Jesús y lo clavaron a una cruz de madera. Esta página roja me recuerda que ellos lo dejaron ahí para dar su sangre y morir. 

Cuando Él murió, tomó el castigo por algo que Él no hizo. Voluntariamente tomó el castigo de cada pecado que tú y yo y todas las personas del mundo hemos hecho. El castigo fue la muerte. Y el Señor Jesús sabía que la única manera para que el pecado pudiera ser perdonado era si Él moriría por ti. Jesús murió por tus pecados

La Biblia dice: sin derramamiento de sangre no se hace remisión [perdón]". (Hebreos 9:22b). Mientras murió, el Señor Jesús dijo: "Consumado es." Él había hecho en la cruz todo lo que era necesario para quitar tus pecados. Ellos sepultaron su cuerpo. ¡Pero tres días después Él probó que podía quitar tus pecados y darte la vida eterna, volviendo a la vida! Y sin morir otra vez, regresó al cielo donde Él vive hoy. 
Porque Jesús es el Hijo de Dios quien murió por ti, ¡puedes llegar a ser su hijo ahora! 

La Página Limpia 
Recuerda que Dios te ama muchísimo y quiere ser tu Padre Celestial y tenerte viviendo con Él en el cielo algún día. Pero tu pecado te separa de Él. Por eso Él envió a su Hijo, el Señor Jesús a morir en la cruz por ti. 
La Biblia dice: "Mas a todos los que le recibieron (al Señor Jesús), a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios." (Juan 1:12) Eso significa que si tú crees con todo el corazón que Jesús murió por ti y resucitó y le recibes, invitándole a venir y quitar tus pecados, Él te hará parte de la familia eterna de Dios. Dios será tu Padre Celestial ahora, y algún día tú compartirás el hogar de Dios con Él en el cielo. 

¿Alguna vez has creído y recibido al Señor Jesús para que puedas ser hijo de Dios? 
No estoy hablando de que si asistes a la iglesia o has sido bautizado o si tus padres son cristianos. Esas son buenas cosas. Pero no pueden quitar aun un pecado. Él quiere que tú le creas y le recibas.  Si tú crees que Jesús, el Hijo de Dios murió por tus pecados en la cruz y resucitó, ¿dirías a Dios ahora 

1. que reconoces que has pecado. 2. que crees que Jesús el Hijo de Dios, murió por ti y resucitó. 3. que le invitas para que sea tu Salvador y tu Padre Celestial? 
Puedes orar así: 
Querido Dios, Sé que he pecado y he hecho cosas malas contra Ti. Creo que Jesús es el Hijo de Dios y que Él tomó el castigo por todos mis pecados muriendo en la cruz. Creo que Él volvió a la vida. Te recibo ahora como mi único Salvador del pecado. Gracias por hacerme tu hijo ahora como prometiste. En el nombre de Jesús, Amén. 

Si oraste estas palabras y es verdad, Dios te ha hecho parte de su familia eterna. No es porque yo lo digo, sino porque Él lo prometió (recuerda Juan 1:12) y Dios cumple sus promesas. Permíteme mostrarte otra promesa bonita para ti en la Palabra Dios. Hebreos 13:5 dice, (Dios está hablando): "No te desampararé ni te dejaré." ¿Te dejará Jesús? Él promete: "No." ¿Y si tú vuelves a pecar? No, Dios dice, "No te dejaré." Y Hebreos 13:6 dice: "El Señor es mi ayudador." Él te dará el poder para hacer lo que es correcto. 

Cuando llegues a ser un hijo de Dios, Él quiere que crezcas al conocerle mejor cada día. 

La Página Dorada 
La historia empieza con la página dorada. La calle de oro en el cielo me recuerda de lo que habla la Biblia. ¿Sabes quién vive en el cielo? 
Dios vive allí y Él quiere que vivas con Él en el cielo algún día. 
Generalmente te gusta estar con personas que te aman ¿verdad? Por eso Dios quiere que estés con Él en el cielo. ¡El te ama muchísimo! En la Biblia, la Palabra de Dios, Él dice, "Con amor eterno te he amado." (Jeremías 31:3) 
¡Eso significa que Dios te amó aún antes que nacieras! Puedes poner tu nombre ahí y decir: "Dios me ha amado con un amor eterno" y será la verdad. 

Dios quiere que tú puedas vivir con Él en el cielo algún díaPero hay sola una cosa que puede impedir que vayas: el pecado. 
La última página, la página verde, te dice cómo. 

La Pagina Verde 
El color verde me recuerda las cosas que crecen (como los árboles, el césped y las plantas.) Cuando llegues a ser un hijo de Dios, Él quiere que le conozcas mejor. Debes crecer en Él.  El pecado impide eso. Pero Dios promete en 1 Juan 1:9: "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad." Eso significa que si tú pecas, debes confesarlo (admitirlo) ante Dios. "Él es fiel" significa que Él siempre te perdonará. Y "justo" significa que Dios es recto para perdonarte porque Él ya ha castigado cada pecado que has hecho cuando Jesús murió por ti en la cruz. 

Puedes conocer a Dios mejor leyendo y obedeciendo su Palabra, la Biblia. Ojalá tengas una Biblia en casa que puedas leer.  Otra cosa que te ayudará a crecer en Dios es hablar con Él en oración. Asistir a una iglesia y escuela dominical donde se enseña de la Biblia te ayudará a conocerle mejor también. 

¡También puedes contarles a otros acerca de Jesús! Si tú has llegado a ser un hijo de Dios ahorita, ¿me lo puedes comunicar? Yo quisiera darle gracias a Dios por lo que Él ha hecho para ti. Sería buena idea si tú le das gracias ahora también. 
Si yo soy hijo de Dios y tú eres hijo de Dios, ¿Sabes que eso significa? 

¡Somos miembros de la misma familia! 
¡Bienvenido a la familia de Dios! 

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